Es jueves y pasa otra semana; pero da tiempo para revisar un sueño: me acaban de nombrar alcalde por votación popular, de un municipio con un poco más de 100.000 habitantes, que tiene ríos, quebradas y montañas, más de un billón de pesos de presupuesto, con casi trescientos mil millones en deudas. Durante el tiempo que he vivido en este municipio, siempre he criticado a los alcaldes y ciudadanos; a los primeros porque sus decisiones son pobres en estrategia, no hacen obras sino obritas, las que hacen demoran décadas, usan mal los fondos, fraccionan los proyectos en decenas de contratistas, y la ejecución está plagada de excusas, sus decisiones afectan la calidad de vida de la gente. La indisciplina e irrespeto de la ciudadanía, sumada a la mala gestión de los alcaldes, hacen de mi municipio, el lugar prefecto para que reine la anarquía y el desorden. Por eso hice estas cuartillas... Sé muy bien lo que está mal he
Brigadier General de Infantería de Marina. Veterano de las Fuerzas Militares de Colombia. Hijo, esposo, papá, suegro y abuelo. Católico. Premio Nacional de Paz 2015. De ninguna de las 2 orillas.