Han comenzado los debates entre los candidatos a la presidencia de
Colombia, razón por la que los ciudadanos que aprecian la riqueza de la
democracia, comienzan a opinar y debatir sobre las ideas que
expresan los candidatos que aspiran a suceder a Juan Manuel Santos, a partir
del próximo 7 de agosto.
Deseo consignar algunas percepciones, con el fin de animar a la
reflexión, e invito a que cada uno realice su propio ejercicio, tan válido como
cualquier deseo de opinar o disentir.
En principio creo que todos los candidatos tienen como norma, el respeto
que merece su investidura de aspirante a la presidencia y cada ciudadano puede
hacer el ejercicio intelectual, para lograr mayor sensibilidad nacional; eso estimula a tomar
la mejor decisión, cuando vayamos a las urnas.
Es importante para el país, que el próximo 27 de mayo, los más de 36
millones de colombianos habilitados para ejercer el derecho al voto, salgamos
de casa a votar en masa; eso cambiaría sustancialmente la historia del
abstencionismo en el país, y quien llegara a ganar, lograría un amplio margen
de gobernabilidad y legitimidad; les presento entonces cuatro conclusiones
sobre el primer debate regional televisivo ocurrido en Medellín y lo que pienso
luego del debate en Barranquilla....
Fotografía La Silla Vacía |
Medellín:
1.- Hizo falta la
fuerza de las ideas de Humberto De La Calle. De las cosas que más gustó a la
opinión nacional, fue que los candidatos no se acusaron, se concentraron en
presentar las propuestas nucleares de sus campañas, expusieron puntos de
convergencia sobre el desarrollo del país, sobre el bienestar de los ciudadanos
y los presentadores no fueron los protagonistas; si lo fue, la fuerza de las
ideas.
2.- Todos los candidatos
son extraordinarios, capaces, creativos, con experiencia suficiente para gobernar el país y de eso debemos estar orgullosos los colombianos. Somos un país con fuertes lazos democráticos y un futuro promisorio. La credibilidad y confianza que ofrece la baraja de candidatos hacia quienes opinamos, por
supuesto que es distinta; sus argumentos son coincidentes en términos estratégicos
y difieren en la ejecución táctica de cada propuesta. Todos hicieron un gran
esfuerzo intelectual, para aproximar sus argumentos, para presentarlos mucho más
equilibrados, con menos sesgos, alejando los fantasmas y la idea de que hay una
línea ideológica irreconciliable: dos extremos y un centro.
3.- Si Gustavo Petro
fuera presidente no creo que llegue a implantar el absolutismo, déspota y tirano,
de Chávez-Maduro. A Petro se le nota su inteligencia y autenticidad; bien sabe
que en Venezuela la Ley perdió su soberanía, porque fue subordinada a los decretos
populistas y al poder supremo de la Asamblea Nacional Constituyente; por tanto,
no podrá gastar su oportunidad histórica, volviendo ingobernable el país.
4.- Si Iván Duque
fuera presidente, tampoco ocurriría la exacerbación de las guerras con las
guerrillas, ni destrozará el acuerdo con las Farc, ni enterrará las iniciativas
de paz construidas con los “elenos”. Es grato observar del candidato Duque, que
puede brillar con luz propia por su gran talente e inteligencia; los
colombianos se encuentran ante la posibilidad de elegir a un político joven con
ideas frescas y que podría gobernar sin las sombras del expresidente Uribe.
Mientras tanto, en Barranquilla, el 05 de abril durante la mañana, se llevó a cabo el segundo debate de los candidatos a la presidencia; fue muy importante que Humberto De La Calle, pudiera presentar sus argumentos en defensa del Acuerdo de Paz, con énfasis en el desarrollo de la Colombia profunda, a través de una reforma rural integral.
Este debate https://www.elheraldo.co/ organizado por Telecaribe y el diario El Heraldo, fue mucho más acalorado que el de Medellín, pues contaba con barras bravas como las del estadio Metropolitano; desde las graderías del coliseo de la Universidad del Norte, alcanzaron a gritar "asesino y paraco" a dos de los candidatos. Tanto Humberto De La Calle, como Iván Duque, se permitieron "tutearse" en medio de las pullas que avivaron el debate; y el primero en algunos momentos lució vehemente, al defender como un león el proceso de paz con las Farc. Ambos demostraron conocimiento sobre la constitución, la Ley y los derechos ciudadanos.
Humberto De La Calle ofrece su conocimiento y experiencia frente a la búsqueda de la Paz negociada con las guerrillas armadas; si llegaran a implemetarse sus tesis a la perfección, seguramente que se lograrían transformar realidades nacionales, la construcción de soluciones a partir de los territorios y desde el disfrute pleno de los derechos ciudadanos.
Sergio Fajardo se perfila como el adalid, el abanderado de la buena educación del país, de la unidad nacional y se aprecia como el mariscal de campo contra la corrupicón; como científico demostró que puede construir ideas desde la nada y que puede crecer en esta fase de la contienda.
Germán Vargas Lleras late echado; se disfruta la campaña y se siente seguro de su futuro en la carrera por la presidencia; tiene claridad sobre el acuerdo de paz con las Farc y sus alcances; conoce a la perfección el establecimeinto; expuso su capacidad y eficacia en la gestión de megaobras, en infraestrutura vial y de vivienda, presentándolas como su mayor virtud para ejecutar los grandes proyectos que necesita el país.
Gustavo Petro tiene en su cabeza el país rural, sus más grandes problemas sociales y agrarios, pero sigue pareciéndose al joven revolucionario que toma las armas por falta de oportunidades para estudiar o trabajar; me parece que piensa que vivimos en Holanda, Finlandia o en la China, países más desarrollados, donde aún no se consolidan las tecnologías limpias e inteligentes que argumenta como parte de su modelo de desarrollo, ni sus tesis sobre las viviendas usadas como unidades productivas de familias, que bien merecen transformarse en familias empresarias.
Nota al margen: he investigado cómo poner energía solar sobre un pequeño terreno donde podría desarrollar una sencilla cabaña, hecha con madera de eucaliptus y no he podido avanzar; debería tener mucho dinero para poder instalar un pequeño panel solar que encienda cuatro bombillos, una electrobomba, una nevera y una lavadora.
Iván Duque concentró críticas sobre la gestión del actual gobierno y se defendió con inteligencia de todos sus compañeros de debate, frente a la impugnación por su relación con la sombra del expresidente Uribe, frente a su ingratitud al haber sido acogido por el gobierno de Juan Manuel Santos y de su posición en contra de lo sustancial de los acuerdos de paz con las Farc. Duque demuestra que además de la fuerza que genera su juventud, posee el talante para ser presidente; las ripostas que le hicieron, las usó como oportunidad para afirmar su posición frente a lo que considera la impunidad que arbitrará la Justicia Especial para La Paz (JEP).
En este abrebocas de los debates por la presidencia de Colombia, los candidatos sin excepción, tienen su cuota de populismo y ensoñación, porque todas sus propuestas no son realizables en cuatro años. Los candidatos aprendieron de las fortalezas de sus rivales, pues las debilidades no se notan ante las fortalezas argumentativas; demostraron que se saben a la perfección su libreto, por eso crecerá en aceptabilidad quien pueda crear nuevas propuestas.
Los colombianos necesitamos que las acciones que exponen los candidatos sean coherentes con las ejecuciones. Para ser consistentes, se requiere de grandes dosis de ética, de enormes recursos sin clientelismo, y además, mucho más de cuatro años de gobierno para cumplir con todas las buenas inciativas.
Los temas sobre los cuales hubo coincidencia programática en Barranquilla, fueron: Electricaribe, corrupción, navegabilidad del río Magdalena, generación de empleo y la crisis de Venezuela.
Los debates abundarán en adelante en medio de la carrera presidencial y enriquece que podamos seguir opinando, sobre las más diversas posiciones, dentro del respeto que necesita cada espacio de la vida nacional.
Punto final: en redes sociales Gustavo Petro es el presidente; pero en la realidad no virtual, Iván Duque y Germán Vargas podrían dejarlo en tercer lugar.
Mientras tanto, en Barranquilla, el 05 de abril durante la mañana, se llevó a cabo el segundo debate de los candidatos a la presidencia; fue muy importante que Humberto De La Calle, pudiera presentar sus argumentos en defensa del Acuerdo de Paz, con énfasis en el desarrollo de la Colombia profunda, a través de una reforma rural integral.
Foto Revista Semana |
Humberto De La Calle ofrece su conocimiento y experiencia frente a la búsqueda de la Paz negociada con las guerrillas armadas; si llegaran a implemetarse sus tesis a la perfección, seguramente que se lograrían transformar realidades nacionales, la construcción de soluciones a partir de los territorios y desde el disfrute pleno de los derechos ciudadanos.
Sergio Fajardo se perfila como el adalid, el abanderado de la buena educación del país, de la unidad nacional y se aprecia como el mariscal de campo contra la corrupicón; como científico demostró que puede construir ideas desde la nada y que puede crecer en esta fase de la contienda.
Germán Vargas Lleras late echado; se disfruta la campaña y se siente seguro de su futuro en la carrera por la presidencia; tiene claridad sobre el acuerdo de paz con las Farc y sus alcances; conoce a la perfección el establecimeinto; expuso su capacidad y eficacia en la gestión de megaobras, en infraestrutura vial y de vivienda, presentándolas como su mayor virtud para ejecutar los grandes proyectos que necesita el país.
Gustavo Petro tiene en su cabeza el país rural, sus más grandes problemas sociales y agrarios, pero sigue pareciéndose al joven revolucionario que toma las armas por falta de oportunidades para estudiar o trabajar; me parece que piensa que vivimos en Holanda, Finlandia o en la China, países más desarrollados, donde aún no se consolidan las tecnologías limpias e inteligentes que argumenta como parte de su modelo de desarrollo, ni sus tesis sobre las viviendas usadas como unidades productivas de familias, que bien merecen transformarse en familias empresarias.
Nota al margen: he investigado cómo poner energía solar sobre un pequeño terreno donde podría desarrollar una sencilla cabaña, hecha con madera de eucaliptus y no he podido avanzar; debería tener mucho dinero para poder instalar un pequeño panel solar que encienda cuatro bombillos, una electrobomba, una nevera y una lavadora.
Iván Duque concentró críticas sobre la gestión del actual gobierno y se defendió con inteligencia de todos sus compañeros de debate, frente a la impugnación por su relación con la sombra del expresidente Uribe, frente a su ingratitud al haber sido acogido por el gobierno de Juan Manuel Santos y de su posición en contra de lo sustancial de los acuerdos de paz con las Farc. Duque demuestra que además de la fuerza que genera su juventud, posee el talante para ser presidente; las ripostas que le hicieron, las usó como oportunidad para afirmar su posición frente a lo que considera la impunidad que arbitrará la Justicia Especial para La Paz (JEP).
En este abrebocas de los debates por la presidencia de Colombia, los candidatos sin excepción, tienen su cuota de populismo y ensoñación, porque todas sus propuestas no son realizables en cuatro años. Los candidatos aprendieron de las fortalezas de sus rivales, pues las debilidades no se notan ante las fortalezas argumentativas; demostraron que se saben a la perfección su libreto, por eso crecerá en aceptabilidad quien pueda crear nuevas propuestas.
Los colombianos necesitamos que las acciones que exponen los candidatos sean coherentes con las ejecuciones. Para ser consistentes, se requiere de grandes dosis de ética, de enormes recursos sin clientelismo, y además, mucho más de cuatro años de gobierno para cumplir con todas las buenas inciativas.
Los temas sobre los cuales hubo coincidencia programática en Barranquilla, fueron: Electricaribe, corrupción, navegabilidad del río Magdalena, generación de empleo y la crisis de Venezuela.
Los debates abundarán en adelante en medio de la carrera presidencial y enriquece que podamos seguir opinando, sobre las más diversas posiciones, dentro del respeto que necesita cada espacio de la vida nacional.
Punto final: en redes sociales Gustavo Petro es el presidente; pero en la realidad no virtual, Iván Duque y Germán Vargas podrían dejarlo en tercer lugar.
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